“Las rocas, un diamante en bruto”. Reflexión

“Las rocas, un diamante en bruto”

A lo largo de nuestra vida hemos andado por distintos caminos que se hacen más o menos difíciles de atravesar y al recordarlos vienen a nuestra mente experiencias de cuándo y cómo hemos tropezado… En esta ocasión, no hablaremos del tipo de tropiezos reflexivos con terapias para aumentar la autoestima o corregir nuestra vida, esta vez nos enfocaremos a esas masas sólidas que nos han provocado más que una caída, pues aunque pocos se interesan, las rocas, tienen una historia oculta.

Las rocas están compuestas por minerales y forman la corteza terrestre; se han clasificado en tres tipos: las que están formadas por capas de arena y sedimentos que se han ido compactando, son las rocas sedimentarias, las  que llegaron a alcanzar altas temperaturas y se enfriaron de nuevo quedando duras y sólidas fueron llamadas ígneas y las metamórficas pueden ser cualquiera de las dos anteriores pero que han sido alteradas a causa de la presión o el calor.

Distintos tamaños, masas y formas, fragilidad o dureza, topacio o talco son rocas que para el ojo humano a veces pasan desapercibidas. Si bien lo mencioné, ellas tienen una historia que mostrarnos, ya que muchas de ellas contienen fósiles que han servido a los geólogos, antropólogos e historiadores para conocer y reconstruir nuestra vida antepasada: datos de organismos que ya no existen o que evolucionaron, formas de vida, épocas, la trayectoria de fenómenos naturales como la erupción de un volcán e incluso para la comprobación de la era de hielo.

Cada rincón de nuestro planeta, tiene algo para compartirnos, es bello porque sus elementos los hacen espectacular: las estructuras que forman las rocas son admiradas, los minerales son aprovechados para las necesidades humanas, las piedras preciosas son costeadas a muy buenos precios y pareciera que las mujeres son más bellas cuando las lucen sobre su cuerpo, es más, deciden portar su nombre “Rubí, Jade, Esmeralda…” por la naturaleza de su perfección visual.  Las rocas y su jugosa historia son como aquel dicho:

“son un diamante en bruto”… si se aprovechan.