lunes, 10 de octubre de 2011

La casa en llamas, una metáfora real

“La casa en llamas”
Carl Sagan nos plantea una interesante comparación entre la catástrofe de una casa que está ardiendo y la que vive el mundo, señala puntos detonantes, como la despreocupación de aquellos inconscientes cegados de lo que está ocurriendo por tener los cinco sentidos atados a un televisor o a un computador que nos hace cada vez más obsoletos ante la vida, la situación de crisis y de los pocos que se han dado cuenta de ello.
Respecto de esto, el autor me ha llevado a enfocar esta problemática a una instancia protagonista y quizá causal de lo que el describe en la casa en llamas: la problemática en la escuela.  
A lo largo de la enseñanza en la escuela, se ha dejado ver el desinterés de los alumnos por alguna de las asignaturas que se relacionan directamente con las ciencias. No obstante debo argumentar que pocas veces se ha fomentado el interés por que los niños tengan cierta inclinación por alguna de ellas.
La anterior aseveración tiene que ver con el papel que el profesor debe asumir frente a la enseñanza de las ciencias y al poner atención a este respecto me implica el surgimiento inmediato de una interrogante ¿por qué la ciencia es un fracaso para los alumnos y por qué lo es también para los profesores?.
Desde mi perspectiva como alumno, y lo indicado en los testimonios de otros estudiantes, la ciencia es aburrida por la forma en que el profesor la presenta, o simplemente porque el maestro no está capacitado para lo que va a enseñar, llegando a transmitir ellos mismos su apatía por la materia, haciéndola ver aburrida y sin sentido. En contra punto encontramos que los profesores dicen que son los alumnos lo que no entienden haciéndoles notar que no tienen aptitudes por ejemplo para la física, química o matemáticas.
Es aquí en donde encontramos el punto crucial de esta situación, la responsabilidad que el maestro de primaria tiene para despertar el interés por las ciencias desde temprana edad. Según autores como Harlen (1994), aquellos objetos de su entorno e interés son herramientas fundamentales para despertar el interés por procesos de índole científico y formal como la observación, su interpretación y registro.
Implementar estrategias que garanticen el avance hacia el mundo de la ciencia, como la experimentación, son tareas del profesor y habilidades para el préstamo de andamiajes que estimulen el acercamiento a las ciencias. Sin olvidarnos de aquellos lugares creados para despertar y producir el entusiasmo en los chicos por aprender, “un gran museo de ciencia inspira a un niño a leer un libro, a seguir un curso o a volver otra vez al museo para sumergirse en un proceso de descubrimiento y más importante, aprender el método de pensamiento científico. (Carl, Sagan,1998).
Fomentar la ciencia, es tarea global, pues involucra el trabajo de todos los actores escolares y sociales de este sistema, recordemos pues la anécdota  cuando Ithaca (Ciudad de NY, Estados Unidos) tenía el único museo de ciencia del mundo construido por la comunidad.
Lo que es cierto es que muchos de los chicos afirman que, cuál sería la utilidad de las ciencias en su vida si no están pensando en ejercer profesión alguna relacionada con ellas, pero la importancia de nuestra labor radica ahí, en fomentar su curiosidad por conocer y explicarse lo que acontece a su alrededor, atrayendo por si sola la utilidad de la ciencia en cualquier actividad cotidiana que desarrollemos, pero lo que es mejor descubrir los secretos del perfecto sistema de la naturaleza y sus elementos.


Sagan, Carl (1998), "La casa en llamas", en El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad, México, SEP (Biblioteca para la actualización del maestro), pp. 374-378.

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